Allí me veo sentada como si no fuera yo. Imagino como me veo, imagino como me escucho, imagino que sienten los demás al verme allí pero no tengo conciencia de que a quien visualizo es a mi.
Tal cual y conforme a la costumbre mi cuerpo está pero, a menos que esté entablando una conversación seria o entretenida, mi mente no. Hoy es precisamente acerca de esto de lo que no quiero hablar, de mi mundo fantástico, porque es más fácil explicar lo que creamos que tratar de entender lo que crean los demás.
Tratando de vencer el egoísmo de intentar fallidamente mirar hacia mi, frustrada tanto por el fallido intento como por la sorpresa que me causó esta actitud retorno a mi templo, e intento desde allí, en la única posición en la que me siento viva y cómoda ver hacia afuera.
En uno de esos instantes, fríos, solitarios pero a la vez fortificantes me doy cuenta de que es más lo que tengo que dar que lo que puedo recibir, que de mis cinco sentidos, representados por sus respectivos órganos tan sólo uno sirve para dar, dejando a los otros la tarea de recibir, no para llenarnos, sino para devolver aquello que nos ha sido entregado que es la esencia de los demás plasmada en lo que da.
Y aunque son pocos esos momentos me permiten ver a Dios, o Alá, o Rá...
Me conozco poco a poco y a pesar de todo se que la rapidez con la que lo hago me permite quitar las falsas máscaras que me he ido creando pero a si mismo para solventar el vació del descubrimiento este es llenado con otra máscara y así voy creando infinitas, para que en mi otra vida por lo menos pueda empezar a quitar una cantidad menor, pues no me alcanzan ni una ni dos vidas para llegar completa y puramente a mi...
En estos instantes en que el ambiente esta cargado de nostalgias, de emociones, de propósitos y así mismo de decepciones el mundo con las señales de su alma me recuerdan que dentro de mi aguarda un espíritu revolucionario que aguarda salir así como el de los demás busca mi mano para agarrarse firmemente mientras intenta también salir de su prisión.
Y como siempre y por casualidades de la vida retorno a mi punto de origen a mi galaxia perdida pues aunque lo evite ese es más mi hogar que cualquier otro aunque allí sea donde más sencillamente algo o álguien me pueda traicionar.